La Astenia

la astenia

Sentirse cansado en algunas situaciones es normal, sobre todo si ese cansancio aparece después de días de poco descanso o días muy intensos. Sin embargo, ¿que pasa si esa sensación de cansancio no desaparece? A pesar de que cambies tu rutina, que descanses y que duermas mejor, sigues sin esa energía necesaria. Esto podría indicar que padeces astenia, una condición que afecta tanto físicamente como psicológicamente, alterando el estado de ánimo y el bienestar general

La astenia es mucho más común de lo que se piensa, sin embargo, muchas veces pasa desapercibida o incluso otras es confundida como una especie de fatiga o de pereza. Si sientes que te encuentras atrapado en un agotamiento constante, este artículo puede ayudarte a reconocer que te está ocurriendo.

¿Qué es la astenia?

La palabra astenia, que tiene su origen en el griego, quiere decir «sin fuerza». Es una sensación persistente de debilidad y carencia de energía, tanto en el ámbito físico como mental. No se trata únicamente de sentirse fatigado tras una larga y extenuante jornada, sino que es una sensación persistente de agotamiento que no mejora con el descanso. 

La astenia puede presentarse de muchas maneras diferentes, desde la dificultad para poder concentrarse hasta una sensación de rigidez en tu cuerpo. Aunque no es considerada como una enfermedad, es un síntoma que puede estar relacionado con diferentes causas. 

Diferencias entre astenia, fatiga y otras condiciones similares

Probablemente te estarás preguntando si la astenia no es lo mismo que la fatiga o el cansancio. Es necesario destacar que son similares, pero cada uno tiene sus propias características:

  • Cansancio: Se trata de una sensación temporal la cual desaparece después de dormir bien o después de descansar
  • Fatiga: Es una agotamiento extremo, que normalmente está causado por esfuerzo físico o mental, sin embargo, este también puede aliviarse con descanso
  • Astenia: Se refiere a una falta de energiia constante, que no mejora después del descanso y que además puede presentar causas físicas y emocionales

Causas principales de la astenia

Esta condición puede ser desencadenada por diversos factores. Es necesario conocer cuales son sus causas más comunes para poder identificar cómo afrontarla

  • Cambios estacionales

Con la llegada de la primavera o el otoño, muchas personas se ven afectadas. Este fenómeno, es conocido como astenia primaveral, esta ocurre debido a que aparecen alteraciones en la luz solar, en los cambios de temperatura y se producen modificaciones en el ritmo circadiano 

  • Estrés crónico

Si se padece estrés de manera prolongada, este puede agotar al cuerpo y a la mente. Cuando nos enfrentamos a situaciones que nos requieren una presión constante, nuestras reservas de energía se ven afectadas, lo cual puede derivar en astenia 

  • Falta de nutrientes necesarios

La falta de vitaminas como la B12, el hierro o el magnesio pueden provocar una sensación de debilidad continua. Una causa importante de este problema por tanto es una alimentación inadecuada

  • Enfermedades latentes

La astenia puede ser uno de los síntomas de enfermedades como el hipertiroidismo, infecciones crónicas, anemia… por lo que es fundamental descartar causas médicas para realizar un tratamiento adecuado

  • Factores psicológicos

El agotamiento emocional, la ansiedad o la depresión pueden manifestarse de manera física mediante la astenia. En estos casos concretos, la falta de energía está ligada al bienestar mental.

Síntomas comunes

A continuación mostraremos los síntomas comunes de la astenia. Estos síntomas puede que se confundan con otros problemas como el agotamiento físico o el estrés, pero la diferencia clave es su persistencia.

  • Sentirse fatigado de manera constante, aun después de haber dormido bien. 
  • Problemas para concentrarse o llevar a cabo las actividades cotidianas. 
  • Ausencia de motivación para intervenir en actividades que previamente eran placenteras. 
  • Debilidad muscular sin motivo aparente. 
  • Irritabilidad o cambios de humor. 
  • Necesidad de descanso constante, incluso después de realizar poco esfuerzo. 
  • En algunos casos, se produce insomnio o falta de sueño. 

¿Qué impacto tiene la astenia en la vida diaria?

La astenia puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Cuando hay una disminución de energía, las tareas más sencillas del día a día se convierten en una carga difícil de sobrellevar. Esta condición afecta a muchas áreas de la vida de la persona, desde el rendimiento en los estudios o el trabajo hasta las relaciones sociales y el bienestar emocional.

Muchas personas que sufren astenia, sienten que están solas en este proceso, algunos comentarios como “tienes que ponerle más actitud” o “solo necesitas descansar más”; pueden provocar que la persona se frustre e incluso se aísle para evitar enfrentarse a esas situaciones.

¿Cómo superar la astenia? Consejos prácticas

Para vencer la astenia es necesario adoptar un enfoque integral que tenga en cuenta tanto el bienestar físico como el mental. Te presentamos algunos consejos prácticos:

  1. Cuida tu alimentación

La dieta juega un papel importante en los niveles de energía. Es fundamental que comas alimentos ricos en nutrientes como verduras, frutas, proteína… Además, también es importante evitar el exceso tanto de cafeína como de azúcar, debido a que un exceso de estos puede provocar picos y caídas en tu energía

  1. Establecer hábitos de sueño saludables

Dormir bien es esencial. Trata de acostarte y levantarte a la misma hora cada día, incluyendo los fines de semana. 

Crea un ambiente favorable para el descanso, es aconsejable que el espacio sea tranquilo, oscuro y esté libre de distracciones

  1. Realizar actividad física moderada

A pesar de que pueda parecer contradictorio, el hecho de realizar ejercicio de forma regular ayuda a aumentar los niveles de energía. Realiza actividades como andar, yoga o nadar, son perfectas para empezar. No obstante, lo más importante es ser capaz de mantener la constancia

  1. Técnicas prácticas de relajación

El estrés puede contribuir en gran medida a desencadenar astenia. Tómate el tiempo necesario para realizar actividades que te ayuden a relajarte, como la meditación, la respiración profunda o pasar tiempo en la naturaleza.

  1. Organiza tu tiempo y prioriza

Si te sientes sobrepasado por las tareas diarias, te recomiendo que organices tu agenda y que establezcas prioridades.

Aprende a decir “No” cuando sea necesario y trata de de delegar responsabilidades a los demás

  1. Consulta a un profesional de la salud

Si los síntomas persisten, es necesario que consultes a un médico o a un psicólogo. Estos te ayudarán a determinar cuál es la causa y cuál es el tratamiento más adecuado

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

A pesar de que en muchos casos la astenia se puede controlar con cambios en el estilo de vida, en ocasiones, como hemos mencionado anteriormente, se necesita ayuda profesional. Esto es especialmente necesario cuando los síntomas duran más de un mes, afectando gravemente la capacidad de la persona para trabajar, socializar o realizar actividades cotidianas. Además, en algunos casos, van acompañados de otros síntomas como pérdida de peso, fiebre o dolor persistente.

Hay que recalcar que si la astenia se combina con problemas emocionales como la ansiedad o la depresión, es crucial consultar a un profesional especializado en el ámbito. Un médico o un psicólogo podrá valorar cual es la situación concreta de la persona, descartar posibles condiciones y ofrecer un tratamiento adecuado e individualizado con el fin el de abordar tanto los aspectos físicos como los psíquicos

¿La astenia puede ser hereditaria?

Mucha gente se puede preguntar si se puede heredar esta condición, sin embargo la astenia en sí misma no es una condición hereditaria. No obstante,  algunos trastornos que pueden causar astenia, como el hipotiroidismo o algunas enfermedades autoinmunes, puede que sí que tengan un componente genético. Por lo tanto, esto significa que si existen antecedentes familiares que han padecido ciertos problemas de salud, la persona podria presentar  mayor riesgo de desarrollar astenia como síntoma de esas condiciones.

¿La astenia se puede curar completamente?

Existen acciones que se pueden implementar para reducir la probabilidad de sufrir astenia, aunque no siempre es posible evitarla. Se han mencionado algunas tácticas fundamentales para evitarlo, como: practicar ejercicio de manera continua, dormir lo suficiente, llevar una dieta equilibrada y gestionar adecuadamente el estrés. Asimismo, es fundamental estar atento a los signos de agotamiento extremo e intentar abordarlos antes de que se conviertan en un problema más difícil de solucionar. 

¿Se puede prevenir la astenia?

No siempre es posible prevenir la astenia, sin embargo, sí que se pueden adoptar medidas para reducir el riesgo de padecerla. Algunas estrategias clave para intentar prevenirla, como hemos mencionado anteriormente serían: mantener una dieta equilibrada, practicar ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y gestionar el estrés de manera adecuada. Además, es necesario estar atento a los signos de agotamiento extremo y tratar de abordarlos antes de que se conviertan en un problema más difícil de superar.

¿La astenia puede afectar el estado de ánimo?

La astenia puede influir negativamente en el humor de una persona. Sentimientos de frustración, tristeza e irritabilidad pueden surgir con el agotamiento constante. Estas emociones, por otro lado, tienen el potencial de afectar las relaciones interpersonales y la motivación para realizar actividades diarias. Cuando la astenia se presenta con sensaciones de ansiedad o desesperanza, es esencial acudir a un experto para tratar la fatiga y los componentes emocionales. 

Conclusión

La astenia es una enfermedad que tiene el potencial de afectar significativamente la calidad de vida del paciente, dificultando su salud general y las tareas cotidianas. 

Es esencial reconocer los síntomas y entender que su tratamiento requiere una perspectiva integral, tomando en cuenta tanto los componentes emocionales como los físicos. 

Aunque en ocasiones la debilidad puede ser el resultado de cambios temporales o de estilo de vida, en otras ocasiones puede ser un indicio de una dolencia médica más grave que necesita atención médica. 

Es fundamental que si te sientes débil no ignores los síntomas y busques la ayuda apropiada. Pedir ayuda profesional no es una muestra de debilidad, sino un indicio de responsabilidad y cuidado personal por tu bienestar. Para entender la razón de la debilidad y seleccionar el tratamiento más adecuado para cada individuo, es fundamental consultar con un experto.