Las autolesiones, también conocidas como «autoagresiones», son comportamientos en los cuales una persona se hace daño físico a sí misma deliberadamente. Este fenómeno, que a menudo se relaciona con trastornos emocionales, puede incidir en personas de todas las edades y condiciones; no obstante, es mucho más habitual entre los adolescentes y los adultos jóvenes. Aunque la atención sobre la salud mental ha aumentado, las autolesiones siguen siendo un tema que está rodeado de tabúes, lo cual dificulta su detección y tratamiento adecuado.
Este artículo proporciona una visión detallada del tema, analizando sus orígenes, los síntomas, los riesgos que estas implican y cómo la intervención psicológica puede tener un impacto significativo en el proceso de recuperación.
¿Qué son las autolesiones?
Las autolesiones son las acciones que realiza una persona con el propósito de hacerse daño físico, pero sin tener la intención de suicidarse. A pesar de que este comportamiento tiene un componente emocional fuerte por lo general, las personas que se autolesionan no suelen intentar acabar con su vida, sino más bien aliviar o expresar su dolor mental. Entre los métodos de autolesión más habituales se incluyen cortarse, quemarse o golpearse.
Es crucial comprender que las autolesiones no son meras conductas impulsivas. Son, en numerosas situaciones, una expresión de un profundo dolor emocional que el individuo desconoce cómo gestionar de forma sana. Las autolesiones generalmente poseen un elemento encubierto, dado que aquellos que las ejercen suelen experimentar vergüenza o temor a ser juzgados, lo que les lleva a esconder sus lesiones físicas y emocionales.
Causas de las autolesiones
El comportamiento de autolesión puede ser causado por varias razones psicológicas. Frecuentemente, los individuos que se autolesionan lidian con dificultades emocionales o psicológicas sin resolver. Entre las causas más habituales se incluyen las siguientes:
- Estrés emocional y ansiedad
Las circunstancias de estrés severo o ansiedad prolongada pueden provocar un sentimiento de descontrol. Para ciertas personas, el sufrimiento físico causado por las autolesiones funciona como un mecanismo para aliviar o reducir la tensión emocional interna.
- Depresión
La depresión severa es otro factor habitual que desencadena las autolesiones. Las personas con depresión pueden sentir sensaciones de inutilidad, desesperación y vacío, y las autolesiones frecuentemente se convierten en un medio para recuperar el control o “sentir algo” ante la abrumadora sensación de aislamiento emocional.
- Trastornos de la imagen corporal
En muchas situaciones, las autolesiones se relacionan con una relación disfuncional con el propio cuerpo. Trastornos como la anorexia nerviosa o la bulimia pueden presentar comportamientos autolesivos como método para manejar la frustración o el miedo a no cumplir con los estándares de belleza establecidos por la comunidad.
- Traumas o abuso pasado
El riesgo de autolesiones puede incrementarse cuando se sufren experiencias de abuso físico, sexual o emocional, sobre todo en la infancia. Las secuelas psicológicas que deja un trauma no resuelto suelen manifestarse como una forma de definirse a uno mismo a través del dolor físico.
- Necesidad de control o expresión
Para algunas personas, las autolesiones representan una forma de sentir control sobre su vida en situaciones caóticas o que se encuentran fuera de su control. Además, al no poder manifestar verbalmente su sufrimiento, porque no son capaces, pueden optar por estos comportamientos como un medio para exteriorizar su sufrimiento.
Síntomas y signos de las autolesiones
Las personas que se autolesionan frecuentemente intentan ocultar sus lesiones para evitar que los juzguen o los descubran. No obstante, existen ciertos signos y síntomas que pueden contribuir a identificar y reconocer que alguien está lidiando con esta conducta:
- Lesiones recurrentes
Los individuos que se autolesionan pueden tener lesiones en zonas del cuerpo que, por lo general, están cubiertas con ropa, como los brazos, las muñecas, el abdomen o los muslos. Las lesiones pueden ser cortes, quemaduras, hematomas o marcas provocadas por la misma presión ejercida.
- Comportamientos de evasión y de secretismo
El aislamiento social, el rechazo a situaciones en las que podrían ser vistos sin ropa o la constante justificación de las lesiones con relatos inventados son conductas habituales de aquellos que se autolesionan. Además, podría existir una tendencia a usar ropa de manga larga o pantalones largos, incluso en épocas de calor, con el fin de ocultar las marcas.
- Cambios de humor y depresión evidente
Las personas con autolesiones suelen mostrar síntomas evidentes de depresión, como la falta de sueño, la irritabilidad, una tristeza duradera o el desinterés por actividades que antes les gustaban. Estos síntomas pueden presentarse junto con emociones de vergüenza o culpabilidad.
- Conductas de autocastigo
El autocastigo emocional puede ser otra señal de que alguien está enfrentando autolesiones. Aquellos que se autolesionan suelen tener una baja autoestima y se perciben como incapaces de recibir amor o cariño, evidenciado a través de su comportamiento autodestructivo.
Riesgos de las autolesiones
Las autolesiones pueden ser muy peligrosas, aun sin hacerse con la intención de suicidarse. A continuación, se muestran los riesgos asociados que incluyen:
- Infecciones y cicatrices permanentes
Si no son tratadas de forma adecuada, las heridas autolesivas pueden infectarse y dejar marcas duraderas en la piel. El daño físico también puede ser severo si las lesiones se efectúan de forma reiterada o si se emplean objetos punzantes.
- Desarrollo de trastornos mentales más graves
Las autolesiones pueden ser un indicativo de trastornos mentales subyacentes, es decir, “ocultos”, como la depresión, la ansiedad o el trastorno límite de personalidad. Si no se trata el problema principal causante de las autolesiones, estos comportamientos pueden empeorar con el paso del tiempo y provocar trastornos más graves.
- Aislamiento social
Las personas que se autolesionan, en ocasiones, tienen miedo de ser rechazadas si su comportamiento es descubierto y se sienten incomprendidas. Esto podría resultar en un aislamiento social, lo cual a la vez agudiza la sensación de soledad y desesperanza.
- Riesgo de suicidio
A pesar de que las autolesiones no son un intento directo de suicidio, los individuos que se autolesionan tiene un riesgo elevado de ideación suicida, especialmente si no reciben el tratamiento adecuado. Si no se actúa a tiempo, las lesiones autolesivas pueden agravarse y dar lugar a comportamientos de mayor riesgo.
Mitos comunes sobre las autolesiones
Hay numerosas creencias erróneas acerca de las autolesiones. Algunas de las más habituales son las siguientes:
- «Las autolesiones son simplemente un método para captar la atención.»
La mayoría de los individuos que se autolesionan lo realizan de manera privada y experimentan vergüenza por sus acciones.
- «Solo los individuos con graves enfermedades mentales se autolesionan.»
A pesar de estar vinculado a trastornos emocionales, numerosas personas sin diagnósticos psiquiátricos también recurren a estos comportamientos.
- «Si una persona se autolesiona, significa que busca suicidarse.»
A pesar de que las autolesiones pueden incrementar la probabilidad de suicidio, no siempre se vinculan con intentos de suicidio inmediatos.
El papel de las redes sociales en las autolesiones
El efecto que las redes sociales tienen sobre la autolesión puede ser positivo o negativo. Algunas plataformas han recibido críticas por propagar contenidos que normalizan o glorifican estos comportamientos, lo que provoca un efecto de emulación en individuos vulnerables. Pese a los intentos de moderación, algunos algoritmos pueden continuar sugiriendo publicaciones que pueden ser perjudiciales.
Por otra parte, es verdad que las redes ofrecen también espacios de apoyo donde se promueve el acceso a recursos profesionales y la recuperación. Estas plataformas son utilizadas por profesionales e instituciones de salud mental con el objetivo de sensibilizar a la población y ofrecer estrategias para una gestión saludable.
Para un uso seguro de las redes, se aconseja filtrar contenido perjudicial, buscar grupos de apoyo positivos y restringir el tiempo de exposición si este repercute en el bienestar emocional.
Tratamiento y prevención de autolesiones
El tratamiento de las autolesiones debe ser abordado desde una perspectiva integral que tenga en cuenta la terapia psicológica y el apoyo social. Algunas perspectivas que pueden ser efectivas son las siguientes:
- Psicoterapia
La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) se destaca como uno de los métodos más eficaces para el tratamiento de las autolesiones. La Terapia Cognitivo Conductual ayuda a las personas a identificar los patrones de pensamiento negativos que contribuyen a sus comportamientos autolesivos y les enseña tácticas para gestionarlas de forma más saludable.
- Terapia Dialéctico-Conductual (TDC)
La Terapia Dialéctico-Conductual es un método particular de tratamiento que ha sido exitoso en personas que se autolesionan. Esta terapia se enfoca en enseñar habilidades para manejar emociones intensas, disminuir el comportamiento autolesivo y mejorar la regulación emocional.
- Apoyo familiar y social
Es imprescindible tener el apoyo de los amigos y la familia a lo largo del proceso de rehabilitación. Un entorno sin prejuicios y comprensivo puede influir decisivamente en la rehabilitación de una persona que está lidiando con las autolesiones.
- Manejo de la salud emocional
Es fundamental enseñar a las personas que se autolesionan formas más sanas para manejar sus emociones. Métodos como la meditación, el yoga, la actividad física y la escritura expresiva, entre otros, pueden ser herramientas útiles para manejar las emociones intensas y el estrés de una manera positiva.
Conclusión
Las autolesiones son un fenómeno complejo que abarca varios aspectos y que evidencia en el individuo que se comporta así un intenso padecimiento emocional. El dolor que sienten las personas que se autolesionan es verdadero, aunque no lo expresen abiertamente. Debe ser abordado con empatía y comprensión. Para que estas puedan superar este comportamiento y aprender maneras más saludables de gestionar sus emociones, es esencial brindarles un ambiente de apoyo y un tratamiento apropiado.