Los niños de alta demanda son los que necesitan, desde su nacimiento, un permanente cuidado, atención y estímulo. Frecuentemente, se caracterizan como niños que parecen poseer una energía infinita, que necesitan más paciencia, compromiso y tiempo por parte de los progenitores y de los cuidadores. Esta característica puede generar un gran desafío, pero también puede convertirse en una oportunidad para fomentar un crecimiento emocional y social fuerte en estos niños. Comprender cómo se debe gestionar y apoyar a los niños de alta demanda es fundamental para asegurar que su desarrollo no solo sea adecuado, sino que también sea equilibrado y armonioso.
Este artículo, tiene como principal objetivo intentar ayudar a los padres y madres y profesionales a entender mejor qué significa un niño de alta demanda, como identificarlos y qué estrategias pueden usarse para acompañarlo de forma efectiva durante su desarrollo.
¿Qué es un niño de alta demanda?
Un niño de alta demanda se distingue por mostrar una mayor intensidad emocional que la de otros niños de su misma edad. Estos niños suelen ser más susceptibles a su ambiente, demandan más con respecto a su tiempo de atención y pueden experimentar problemas para ajustarse a las variaciones en su rutina. Se caracterizan por lo siguiente:
- Mayor sensibilidad:
Pueden ser más sensibles a los estímulos sensoriales (ruidos, luces, texturas) o a los estímulos emocionales (estrés, angustia)
- Necesidad constante de atención:
Los niños de alta demanda requieren más interacción, contacto físico y una implicación total por parte de los padres o de los cuidadores.
- Mayor tensión o ansiedad:
A menudo se enfrentan a dificultades para calmarse o para adaptarse a nuevas situaciones. Esta ansiedad puede manifestarse en forma de berrinches, llantos continuos o mal humor.
- Mayor energía:
Se trata de niños que parece que tengan energía ilimitada, lo que puede provocar que cuidar de ellos de forma diaria sea agotador para los adultos que son los responsables de su bienestar.
Estos niños, puede que sean bastante más difíciles de calmar y además, tienen una capacidad menor para gestionar sus emociones sin obtener la ayuda directa de un adulto. No obstante, con la ayuda de un enfoque adecuado, estos comportamientos pueden ser canalizados de forma positiva.
Características de los niños de alta demanda
A pesar de que cada niño es único, los niños con alta demanda suelen presentar características parecidas, lo cual puede ayudar a los adultos a detectar y comprender correctamente lo que necesitan. Las siguientes son algunas de las características más frecuentes:
- Dificultad para dormir: Muchos niños de alta demanda presentan patrones de sueño irregulares o problemas para dormir, lo que provoca cansancio tanto en los padres como en el niño.
- Retos en la alimentación: Hay niños que pueden tener una relación más problemática con la comida, ya sea porque comen en exceso o porque rechazan ciertos alimentos.
- Requerimiento de estimulación continua: Los niños de alta demanda suelen perder el interés rápidamente y requieren participar en actividades de manera continua para conservar su interés.
- Emociones fuertes: Su respuesta emocional a los sucesos diarios suele ser desmesurada y puede dar lugar a episodios de enojo o frustración.
- Poca tolerancia a la frustración: La incapacidad de controlar su entorno o lo que desea puede llevar a la frustración, lo que puede resultar en explosiones emocionales.
El reto para los padres y para los cuidadores de estos niños, es aprender a interpretar estas señales y ayudar a sus hijos a que aprendan a regularse de forma adecuada.
Factores que pueden influir en que los niños sean de alta demanda
Hay múltiples factores que pueden influir en que un niño sea de alta demanda. A continuación, se preseExisten varios factores que pueden tener un impacto en que un niño tenga una alta demanda. A continuación, se presentan algunos de ellos:
- Factores genéticos: Hay niños que nacen con una predisposición a ser más sensibles o intensos que otros, lo que provoca que su comportamiento sea más desafiante.
- Periodo de gestación y nacimiento: También pueden influir en el desarrollo de la personalidad y las necesidades de un niño las vivencias que se experimentan en el embarazo y en el parto.
- Factores ambientales: Un ambiente estresante, con cambios constantes en la rutina o una falta de estabilidad emocional pueden provocar reacciones más fuertes en los niños.
- Estilo de crianza: También pueden afectar al comportamiento del niño el enfoque y el estilo de los padres o cuidadores. Un comportamiento autoritario o inconsistente puede agravar los síntomas de alta demanda.
En muchas situaciones, los niños de alta demanda también presentan un temperamento más fuerte o una sensibilidad superior a los estímulos emocionales. Esto no quiere decir que el niño tenga algo «perjudicial», sino que sus rasgos requieren una atención particular para su gestión.
Estrategias para manejar a los niños de alta demanda
La administración de los niños que requieren mucha atención necesita una combinación de comprensión, paciencia y tácticas particulares que asistan a los padres y a los niños para sobrepasar las circunstancias difíciles. Seguidamente, se exponen algunas tácticas efectivas que pueden aplicar los padres:
- Establecer rutinas claras:
Los niños con alta demanda tienden a sentirse más seguros cuando tienen rutinas ya establecidas. Para que se sientan más organizados y tranquilos, puede ser beneficioso determinar horarios claros para las comidas, el descanso y las actividades.
- Proporcionar estímulos adecuados:
Es esencial planear actividades que capten el interés de los niños con una alta demanda, garantizando que sean interesantes y variadas, pero no en exceso.
- Fomentar la autorregulación
Enseñarles a identificar sus sentimientos y a calmarse por sí mismos puede resultar muy beneficioso. Esto podría abarcar métodos de respiración, el uso de palabras para comunicar los sentimientos o la creación de un espacio seguro en el que el niño tenga la posibilidad de distanciarse y relajarse.
- Practicar la empatía:
Estos niños suelen tener altas necesidades emocionales, por lo que los padres deben ser empáticos y pacientes con ellos. Comprender cuáles son sus inquietudes, validar sus sentimientos y ofrecerle consuelo puede tener un impacto importante en su bienestar emocional.
- Ofrecer refuerzos positivos:
El reforzamiento positivo de los comportamientos apropiados puede contribuir a que el niño desarrolle una autoestima y autoconfianza más elevadas. Premiar y apreciar los esfuerzos, en vez de concentrarse solo en los logros, les ayuda a sentirse valorados.
- Gestionar el propio estrés:
Para poder ser capaces de gestionar a un niño de alta demanda, también es necesario que los padres se ocupen de su propio bienestar. Es fundamental practicar el autocuidado, buscar apoyo y dedicar tiempo para relajarse con el fin de prevenir el agotamiento emocional.
El impacto emocional en los padres de niños de alta demanda
Para los padres, criar a un niño que requiere mucha atención puede ser emocionalmente difícil, ya que las constantes exigencias de cuidado, estimulación y atención pueden agotar considerablemente tanto el cuerpo como la mente. Es común que los papás de estos niños sientan mucho estrés porque tienen que atender las necesidades permanentes de su hijo, lo que puede hacerles sentir un cansancio constante. Además, es frecuente sentirse frustrado cuando, a pesar de sus esfuerzos, no consiguen controlar la conducta del niño o calmarlo de manera eficiente. Esto suele ir acompañado de sentimientos de culpa por no estar «haciendo lo suficiente».
Esta situación también puede provocar conflictos en la relación de pareja, dado que el peso emocional y físico de la crianza se reparte de manera desigual o puede que se convierta en un foco de conflicto. Asimismo, la preocupación constante por el futuro y el desarrollo de su hijo puede generar ansiedad adicional, porque los padres temen que sus hijos no se adapten o enfrenten dificultades cotidianas. Para gestionar estos desafíos emocionales, es esencial que los progenitores busquen soporte, ya sea por medio de otros progenitores, expertos o grupos de apoyo.
Asimismo, es necesario que se dediquen tiempo a sí mismos y encuentren maneras de reducir el estrés, como descansar o realizar actividades relajantes. Además, es esencial establecer límites sanos y pedir ayuda cuando sea necesario para evitar el agotamiento y preservar la salud de la familia.
Los beneficios de tener un niños de alta demanda
Aunque puede ser difícil y desafiante, la crianza de un hijo/a de alta demanda no solo presenta obstáculos, sino que también tiene el potencial de brindar muchos beneficios. Estos niños suelen tener una sorprendente capacidad de empatía, son sumamente imaginativos y tienen un potencial inmenso para crecer en áreas que necesitan perseverancia y tenacidad. Además, los padres que aprenden a gestionar sus necesidades pueden forjar un vínculo emocional sólido con ellos y una relación basada en el respeto y comprensión mutua.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
A pesar de que algunas de las estrategias citadas pueden ser beneficiosas, existen situaciones en las cuales se necesita la intervención de un experto. Si el niño muestra señales de trastornos emocionales, psicológicos o conductuales, o si sus retos emocionales o comportamentales son muy fuertes y difíciles de manejar, es sugerible acudir a un profesional experto en desarrollo infantil, psicología infantil o terapia enfocada en la atención a niños con alta demanda.
Conclusión
Los niños de alta demanda enfrentan un conjunto singular de desafíos; no obstante, también proporcionan oportunidades excepcionales para su desarrollo social y emocional. Los padres pueden contribuir a que estos niños se desarrollen adecuadamente al comprender sus necesidades, brindar el apoyo apropiado y utilizar estrategias efectivas.
Aunque el camino puede ser extenso, los padres tienen la capacidad de transformar los retos en oportunidades de crecimiento para toda la familia si cuentan con dedicación, paciencia y entendimiento.