La hipocondría o hipocondriasis es un trastorno de ansiedad en el cual el paciente presenta una preocupación excesiva a padecer alguna enfermedad grave.
¿Qué es la hipocondría?
La hipocondría se caracteriza por una preocupación excesiva y persistente por padecer una enfermedad grave. A menudo está basada en la interpretación personal de cualquier signo corporal. A pesar de que los médicos descarten la presencia de enfermedades, los hipocondríacos solo experimentan una sensación momentánea de alivio antes de volver a preocuparse.
La persona con hipocondría tiende a estar obsesionada con sus síntomas, tanto reales (síntomas físicos) como imaginarios. A menudo se fija en señales corporales que normalmente no se perciben. Esto incluye prestar atención a cosas como el ritmo cardíaco y la digestión.
En algunas ocasiones, cualquier persona puede preocuparse y pensar que padece una enfermedad al presentar algún síntoma. En cambio después de una visita al médico y confirmar que no hay nada grave, la mayoría de las personas se sienten tranquilas.
Sin embargo, si una persona considera constantemente que tiene síntomas o signos que son indicativos de alguna enfermedad grave y por mucho que va al médico y no le encuentra nada no se queda tranquila y sigue pensando que está enferma hasta extremos preocupantes, es probable que padezca lo que se conoce como hipocondría.
Afecta por igual a hombres y a mujeres. Aunque puede estar relacionado con un problema físico, la hipocondría no siempre tiene una causa orgánica y puede no ser frecuente.
Diagnóstico de la hipocondría:
Lo primero que se hacemos es derivar al paciente a su médico de cabecera para asegurarnos que no tienen ninguna enfermedad física. Una vez que se ha descartado, si el paciente sigue con angustia, preocupación y dudas acerca de su estado de salud, es conveniente evaluar al paciente y estudiar la posibilidad de un trastorno psicológico.
¿Por qué se produce la hipocondría?
No es suficiente etiquetar a alguien como hipocondríaco simplemente porque está preocupado por una posible enfermedad.
Hay una serie de criterios que deben cumplirse:
- La persona experimenta preocupación por la posibilidad de padecer o contraer una enfermedad grave debido a una interpretación errónea de sus síntomas.
- Esta preocupación persiste incluso después de haber recibido asesoramiento médico.
- La creencia de la persona no se trata de una alucinación y no se limita solo a una preocupación por su apariencia física.
- La preocupación causa estrés y afecta su capacidad para relacionarse social y laboralmente.
- Los síntomas han estado presentes durante más de seis meses.
Síntomas de la hipocondría:
Las personas hipocondríacas experimentan cualquier cambio en su estado físico como un posible drama y están constantemente preocupadas por su salud. Esto puede ocurrir por ejemplo con los lunares. Viven su salud con una gran ansiedad y están siempre pendientes de sus cuerpos y de los síntomas que puedan padecer. Cabe decir que, a diferencia de otros trastornos, en este caso la persona no inventa los síntomas. Realmente los siente y los magnifica y no puede controlarlos.
Cualquier signo o síntoma puede ser un motivo de obsesión y preocupación para un hipocondríaco: tos, palpitaciones, cambios en la forma de ir de vientre, cefaleas leves, dolores musculares o articulares leves, lesiones cutáneas, cansancio. Por esa razón, cualquier síntoma puede ser un síntoma somático (síntoma físico amplificado por la hipocondría).
Los síntomas que refiere el paciente hipocondríaco suelen ser generales o vagos, pero él o ella son capaces de describirlos con extrema minuciosidad, reparando en detalles que son completamente intranscendentes pero a los que ellos otorgan suma importancia.
Asimismo, el paciente hipocondríaco es altamente sugestionable desde un punto de vista negativo y cualquier nueva enfermedad que descubra o de la que oiga hablar podrá ser suficiente para espolear su imaginación y hacer que realmente llegue a sentir síntomas nuevos o esté constantemente aterrorizado ante la idea de contraer o padecer alguna enfermedad grave.
Tratamiento de la hipocondría
La hipocondría suele ser un trastorno crónico que requiere un enfoque multidisciplinar en lo que respecta al tratamiento. En algunos casos los psicofármacos pueden ser una ayuda, sobre todo al principio del tratamiento. En esos casos se requiere la intervención de además, un psiquiatra.
Terapia cognitivo-conductual
La terapia psicológica cognitivo-conductual, en la que se promueve la pérdida de la angustia y del miedo a la enfermedad que siente la persona con hipocondriasis.
En un principio se le pide que no acuda más a la consulta del médico ni a las urgencias hospitalarias y que no hable de salud ni de enfermedad. Para ello, es muy conveniente la colaboración de la familia del paciente, ya que han de entender que tiene un problema real, aunque no el que el paciente refiere, sino otro igualmente preocupante. Una vez que se ha establecido este marco fuera de la consulta, comienza el tratamiento psicológico propiamente dicho.
Desensibilización sistemática
Sin embargo, el tratamiento básico para la hipocondría sigue consistiendo en hacer todo lo posible para que la persona pierda el miedo a la enfermedad y a la muerte. Para conseguir la desaparición de estos temores, se emplea la desensibilización sistemática en la imaginación a situaciones temidas y evitadas, para que finalmente la persona pueda acercarse a ellas sin angustia y sin miedo.
El paciente puede entonces comenzar a reinterpretar sus sensaciones corporales (o sensaciones físicas) y sentir también aquellas que son agradables o neutras, y su cuerpo dejará entonces de ser una fuente de dolor o de temor y podrá convertirse en un generador de placer y de confianza.
Repercusión en otras áreas de la vida
Finalmente, se trabaja para que la persona pueda enfrentar con éxito otros problemas que aparecen en su vida cotidiana: toma de decisiones difíciles, cambio de trabajo, separaciones, etc. Se intenta evitar, de esta forma, que en el futuro se desencadenen situaciones de depresión o de angustia continuada que le pueden hacer recaer en la hipocondría.
Hay que observar que en algunos casos la diagnosis de hipocondría puede no ser correcta cuando el paciente realmente padece alguna enfermedad y es el especialista quien no consigue encontrar su verdadera causa. Por esta razón, cada caso debe analizarse a fondo antes de establecer un diagnóstico de hipocondría, ya que debe descartarse patología orgánica poco habitual, o problemática social o psicológica de fondo.
Para el éxito de este tratamiento, que es a largo plazo, es esencial el entorno social quien sufre este trastorno, de manera que familiares y amigos entiendan que el realmente padece una enfermedad (distinta a las dolencias imaginarias que cree o teme padecer) que es un trastorno psiquiátrico que condiciona y limita su vida en muchos aspectos.
No existen medidas preventivas específicas ante la hipocondría. Sin embargo, si los familiares o amigos de una persona detectan conductas que puedan ser compatibles con la hipocondría, es importante que contacten cuanto antes con un especialista.
Asociado a la hipocondría suele haber un miedo desmedido a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad o dependencia de otros.
Diferencias entre la hipocondría y la patofobia
¿Qué es la patofobia?
Si bien no es hipocondría, la patofobia es una condición que se le parece mucho. Se necesitan diferentes técnicas de intervención para tratar la patofobia y la hipocondriasis.
La patofobia es el miedo o la fobia a padecer una enfermedad grave, típicamente de esas repentinas (ataques al corazón, infartos cerebrales, etc.). Se manifiesta porque el paciente lucha por tomar su medicación y evita ir al médico porque quiere estar tranquilo. También evita mirar los signos de su cuerpo en exceso. Y el miedo es la raíz de todas las evitaciones. Evita cada vez más lo que teme, pero esto solo empeora su miedo.
Mientras que un hipocondríaco está seguro de que está enfermo, un patófobo duda y teme que pueda estarlo.
¿Cómo puedo saber que tengo hipocondría o patofobia?
Estos son algunos síntomas que pueden indicar que estás experimentando un problema psicológico:
- Vivir constantemente con miedo a sufrir y a tener una enfermedad que pueda causarte malestar.
- Sentir un miedo constante a morir a causa de una enfermedad.
- Necesitar consultar frecuentemente a médicos y realizarte pruebas para verificar que no tienes ninguna enfermedad.
- Temer acudir a cualquier profesional de la salud por si descubren una enfermedad grave.
- Estar constantemente atento a las señales de tu propio cuerpo y preocuparte cuando notas alguna variación que no consideras normal.
- Asustarte rápidamente y aumentar la ansiedad cuando detectas una variación en tu cuerpo, pensando que podría ser algo que te lleve a la muerte de forma rápida.
- Leer y buscar en internet información sobre posibles enfermedades, o, por el contrario, evitar leer o hablar sobre ciertas enfermedades que causan mucho sufrimiento y pueden ser mortales.
¿Cómo se construye la hipocondría?
- El excesivo control de las señales corporales por parte de los pacientes hipocondríacos puede alterarlas y hacerles perder el control. Este efecto paradójico se produce porque los pacientes se convierten en marionetas rotas que se miran constantemente hacia adentro.
- Si los pacientes hipocondríacos se someten a frecuentes controles y pruebas médicas como medida de prevención, esto puede inicialmente tranquilizarlos. Sin embargo, si se perpetúa en el tiempo, puede llevar a un estrés psicofisiológico que debilita su sistema inmunológico. De esta manera, el miedo y la ansiedad que padecen al enfrentarse a los controles y pruebas médicas pueden convertirse en la causa de la enfermedad que temen.
- Hablar con los demás acerca del problema puede amplificar la preocupación obsesiva de los pacientes hipocondríacos. Al tratar de tranquilizarlos, las personas pueden proporcionarles más información que les genera más dudas y preguntas que necesitan responder. Esto puede generar un círculo vicioso que aumenta su malestar.
- Leer continuamente sobre enfermedades en internet puede generar una sensación de control y poder al obtener información. Esto puede tranquilizar a la persona en un primer momento. Sin embargo, esta práctica puede ser perjudicial si se convierte en una obsesión y genera ansiedad y preocupación excesiva. Es importante tener en cuenta que la información en internet no siempre es precisa y puede generar más dudas y preguntas que necesitan ser respondidas. En lugar de buscar información en internet, es recomendable buscar ayuda profesional si se tiene preocupación por la salud. Los amigos y familiares pueden ofrecer su apoyo, pero no deben intentar proporcionar un diagnóstico o tratamiento.
¿Cómo puedo ayudar a mi familiar qué padece hipocondría?
Convivir con una persona hipocondríaca puede ser difícil. Esto se debe a que cualquier signo en el cuerpo puede hacer que interprete rápidamente que puede ser un signo de una grave enfermedad. Algunas recomendaciones principales para familiares o amigos cercanos serían:
- animarlo y acompañarlo a realizar una terapia breve estratégica, que es una forma de terapia psicológica que puede ayudar a mejorar la comunicación y resolver conflictos en la familia.
- Evitar hablar continuamente del tema y de aportar información tranquilizadora a una persona hipocondríaca es importante, ya que esto puede calmarlos en un primer momento, pero luego toda esa información puede convertirse en el motor para su obsesión.
- Apoyar a una persona hipocondríaca a buscar ayuda profesional y encontrar un médico competente que pueda ser un referente para ellos es bastante importante. Es importante explicarles lo peligroso que puede ser hacer un peregrinaje en busca de diagnósticos y tratamientos, ya que esto puede aumentar su ansiedad y empeorar su condición.
- Es importante no responder a las dudas que insegurizan a una persona hipocondríaca, como por ejemplo, “¿no tendré nada grave verdad?” o “¿tú crees que esto puede ser x?“. Responder a estas preguntas puede alimentar su obsesión y empeorar su condición.